jueves, 2 de junio de 2011

Para fabricar un ordenador portátil se gasta más electricidad que la usada por éste en toda su vida útil


Es muy útil para el medio ambiente y para nuestro bolsillo el ahorro energético que se logra en el hogar utilizando electrodomésticos de bajo consumo, así como ordenadores y otros aparatos que cumplan con el mismo requisito. Ello sirve indirectamente para reducir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, ya que bastante de la electricidad generada hoy en día proviene todavía de centrales eléctricas que lo emiten como resultado de su actividad. A menor consumo eléctrico, menos CO2 emitido a la atmósfera. Sin embargo, se está dando la paradoja de que bastantes de esos aparatos de bajo consumo se fabrican en procesos que implican liberar a la atmósfera una enorme cantidad de ese gas de efecto invernadero.


Energía para fabricar un ordenador portátil
Un equipo de ingenieros ha identificado ahora los puntos clave que se podrían mejorar en tales procesos industriales.

Si sus ideas se llevan a la práctica, los aparatos de bajo consumo podrían comenzar a ahorrar energía antes incluso de ser puestos en marcha por primera vez.

El equipo de Eric Williams de la Universidad Estatal de Arizona y Callie Babbitt del Instituto Golisano para la Sostenibilidad, adscrito al Instituto Tecnológico de Rochester, ha calculado que se emiten entre 227 y 270 kilogramos de dióxido de carbono al fabricar un ordenador portátil.                                                                             



Las emisiones de carbono resultantes de satisfacer la demanda de fabricación de tales ordenadores en Estados Unidos durante 2002 son equivalentes, aproximadamente, a las emisiones anuales resultantes de la circulación de 676.000 automóviles.

Tanto como el 70 por ciento de la energía necesaria para construir y hacer funcionar a lo largo de su vida útil un ordenador portátil típico, se usa en su fabricación. El 30 por ciento restante corresponde a la electricidad consumida por el ordenador a lo largo de toda su vida útil.

La conclusión obvia es que en la informática se ahorraría más electricidad reduciendo la gastada en la fabricación de ordenadores en vez de reducir sólo la empleada por el usuario para hacerlos funcionar.

Williams y sus colaboradores ya han propuesto algunas posibles medidas técnicas para limitar ese consumo eléctrico en la fabricación de ordenadores.


















Fabricar un ordenador portátil gasta más electricidad que la usada por éste en toda su vida útil. (Foto: ASU)






























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