Los recuerdos almacenados en la memoria no son inamovibles. Hoy se sabe que cada vez que se evoca un determinado recuerdo, éste puede ser modificado y por tanto, eliminado. Lo han hecho estos científicos de la Universidad de Amsterdan administrando a las personas una dosis de propranolol, que es un medicamento que se usa para el tratamiento de la hipertensión.
Antes de la evocación del recuerdo, del mal recuerdo, se suministra la pastilla en cuestión y este sencillo gesto “rompe” el proceso de reconsolidación de la memoria y ésta desaparece o permanece en el olvido y no alcanzamos a recordarla.
Cuarenta sujetos se prestaron para el ensayo que borraría de sus mentes un recuerdo que se les había creado mediante un sencillo ejercicio de condicionamiento del miedo (mostrándoles fotos de arañas acompañadas o no de un estímulo 'doloroso').
Un día después de la adquisición de ese miedo, la mitad de los participantes recibió un placebo y la otra una dosis de 40 mg de propranolol y se dispusieron para la reactivación del recuerdo. Veinticuatro horas más tarde, aquellos que habían tomado el fármaco no mostraron reacción de miedo frente al estímulo (en este caso, las imágenes de arañas) en contra de lo que ocurría en el grupo del placebo.
El propranolol, un fármaco consumido por millones de hipertensos en el mundo, actúa sobre los receptores beta-adrenérgicos de la amígdala (estructura cerebral relacionada con el aprendizaje emocional y la modulación de la memoria) durante el procesamiento de información emocional. Es posible, se aventuran los autores en las páginas de la revista 'Nature Neuroscience', que "interrumpa la síntesis de proteínas de la memoria amigdalar del miedo, provocando la alteración de ese recuerdo".
Los investigadores creen que a partir de este trabajo se podrán desarrollar técnicas capaces de reducir permanentemente miedos como los del estrés postraumático, fobias y otros trastornos de ansiedad.
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